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...en mí todo ese fuego se repite,
en mí nada se apaga ni se olvida,
mi amor se nutre de tu amor, amada,
y mientras vivas estará en tus brazos
sin salir de los míos.
(“Si tu me olvidas”, Pablo Neruda)

La amaba,
lo demuestra la sabia distancia del tiempo,
la apodíctica tenencia del alma cábala
que le gusta fisgar cada tanto para rever lo secreto,
eso que vamos dejando en el escaparate
para más tarde surtir de algún afecto.

La amaba, si, desde siempre,
y la arropé como un bisoño en el tenor del miedo.
Iniciando ya en las tramas de la vida
la cubrí con la rama eternal del pudor,
la enterré en esa tierra fantasma
donde van a parar los errores.

Hoy floreció, y de noche, y tardía,
bruma de conciencia,
souvenir de ayer,
rosada en mis dedos de achares y espantajos,
hoy y de noche existió por fe,
pero a ese amor...
a ese amor ya no puedo volver.

 

© Miguel O. A. Tuyaré - Todos los derechos reservados - "Las Dudas de la Flor"