Tamaño letra:

"...que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son."

Pedro Calderón de La Barca
Pedro Calderón De La Barca

Este resumen es un ensayo simple -quizás algo poético- a propósito del gran texto de Hugo Baronti sobre "La acumulación originaria del capital y la gran ilusión del software libre" |cliquear|. Dicho texto reavivó en mi esa mecha siempre encendida del conocimiento como material humano, a veces difuso y disperso, que proviene de la suma de experiencias vividas y de la inclinación que cada ser de este planeta tiene en su interior como persona única e irrepetible que es.

Hace un tiempo redacté un artículo sobre "Jokte! y el arte" |cliquear| que apuntaba en ese sentido. Inicio dicho texto citando a uno de mis artistas favoritos Marc Chagall quien dijo: "el arte es sobre todo un estado del alma". No sé si todo el software libre es arte, sería temerario afirmar eso, pero si puedo afirmar que hay mucho condimento artístico en lo que anda dando vueltas por el éter desde tiempos remotos.

Hugo habla de la "ilusión" del software libre que muy pocas personas están dispuestas a materializar. En efecto, el origen primigenio del arte es la ilusión y traer esa imagen del alma -suma de conceptos, ideas, sentimientos y sueños- y plasmarla en algo visible es tarea ardua por demás, es sacrificio constante y sonante que muy pocos están dispuestos a brindar a la comunidad sin que haya retribución alguna más que algún que otro reconocimiento cuando mucho, a veces ni eso. Pero muchas veces es un sacrificio necesario para alimentar el espíritu personal con ese placer que no se puede describir de "crear", como una urgencia de la propia salud, y es aquí donde nada importa más que el conocimiento en si mismo.

Y estos verdaderos artistas existen y los hay en cantidades suficientes como para revertir, cada cierto tiempo, el proceso comercial que termina padeciendo más de una de esas geniales creaciones. Porque ese proceso de "crecimiento" que "obliga" a generar ganancias -como dice Hugo- en realidad tendría que ser el "crecimiento" que "dignifica" y le da sentido de pertenencia a cada comunidad donde sea que esté.

Y como arte el software libre es natural, cumple un ciclo de vida: nace, crece, se reproduce; pero a diferencia del cuerpo humano, y tal como sucede con el arte, jamás muere; queda siempre y en algún recóndito lugar latiendo, aunque sea en la nimiedad de los bytes escondidos de la web; esos vestigios de software que más de una vez nos han devuelto las ganas de volver a soñar despiertos ante el descubrimiento de su existencia.

¿Entonces cuál es el resumen?

El software libre para seguir siendo tal jamás debe perder el sentido de ser arte puro y eterno. Donde ese rumbo se tuerce, deja de serlo para pasar a formar parte del capitalismo, cada vez más berreta, que domina al mundo.

Por eso, sigue haciendo software libre, sé un artista: pinta tus sueños para tu propia realización espiritual y, por consecuencia directa, de la comunidad.

Sueña el rey que es rey, y vive
con este engaño mandando,
disponiendo y gobernando;
y este aplauso, que recibe
prestado, en el viento escribe,
y en cenizas le convierte
la muerte, ¡desdicha fuerte!
¿Que hay quien intente reinar,
viendo que ha de despertar
en el sueño de la muerte?

Sueña el rico en su riqueza,
que más cuidados le ofrece;
sueña el pobre que padece
su miseria y su pobreza;
sueña el que a medrar empieza,
sueña el que afana y pretende,
sueña el que agravia y ofende,
y en el mundo, en conclusión,
todos sueñan lo que son,
aunque ninguno lo entiende.

Yo sueño que estoy aquí
destas prisiones cargado,
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño:
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.

(Pedro Calderón De La Barca, 1600-1681)